Todo profesional que se precio debe tener una marca personal, marca bien estudiada, que le represente. ¡Y qué difícil es eso!
Esta marca ha sido el fruto de un desarrollo y proceso largo y tedioso, eso de sacar los puntos clave de ti mismo y tus trabajos y plasmarlo en un diseño tan importante como tu propia marca es un duro esfuerzo. Pero necesario. Te estudias a ti mismo, tu trayectoria, tu color...
El resultado que os traigo es para mí un resumen de lo que soy, como persona y como creativa.
Empezamos con lo que tenía claro desde el principio, con mi clave Nº 1: el color. Un turquesa que, quien me conozca, dirá en seguida: "¡Mira! Esta es Isa sin duda."
Seguimos con la composición, la tipo, el uso de minúsculas, claim... ¡Uf! Todo esto vino de la mano prácticamente. Necesitaba una tipografía sencilla y bonita, sin contrastes; en resumen, necesitaba verme reflejada en la tipo elegida. Y así fue. De nuevo, quien me conozca, al verla dirá: "Sí, sí, esta también es Isa."
Y nada de composición horizontal, no buscaba eso, necesitaba algo construido, algo que se apoyara solo, ¡ y en minúscula! Ver mi nombre todo mayúscula como si fuera una tienda de relojes caros... no es lo mío, yo soy más sencilla, necesitaba ponerlo en minúscula.
Y finalmente hay que explotar todo esto, ¿no? Así que nada mejor que unos cuantos iconos de lo que más me identifica y algún recurso distintivo: la línea de dibujo.
Pues todo esto, bien mezclado y servido con una bonita animación, da como resultado una imagen personal y única :)